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Emprender es abrir camino, es atreverse a trabajar fuerte y de forma decidida por un proyecto que pueda ser sustentable, el cual en algún momento pasó por ser una idea e inicialmente nació como un sueño a futuro.

Es posible que muchas personas al leer esta reflexión, puedan considerar que todo niño realiza su primer emprendimiento de vida cuando buscan dar sus primeros pasos y en su momento, caminar por sí solos y totalmente independientes. No es nada descabellada esta apreciación, dado que para lograrlo y sin darse cuenta de las etapas por venir, se desarrolla todo un proceso de observación, imitación, ensayo, ajustes y aprendizaje con el cual se logra ese andar independiente.

Lo sueños a futuro son anhelos e imágenes proyectadas que están relacionadas con los ideales y esperanzas de una persona, los mismos no solamente pueden ser de varios tipos y generados por causas mixtas, sino que también, cuando se proyectan de manera detallada, enfocada y específica, se van clarificando y dejan de ser visiones de formas y colores abstractos para ser escenarios evidentes.

Cada uno de ellos, van tornando una personalidad y esencia que están directamente vinculadas al individuo que, entre pensamiento y pensamiento, los están creando y es allí cuando surge la idea.

En esta etapa, una idea puede ser asumida como un reto para la persona a la cual pertenece y con estimulo propio, oportunidad o por necesidad, la trabaja de manera seria con la meta de convertirla en un proyecto donde se puedan identificar, evaluar, ajustar e integrar diversos elementos según sea su enfoque. Si este proyecto se logra llevar a cabo y se pone en marcha, puedes decir que estás emprendiendo.

Una ruta como la que se describió anteriormente no debe ser ajena a ninguna persona. Sólo intenta recordar cómo aprendiste a montar bicicleta o conducir un vehículo, hiciste tu primera parrillada o ganaste tu primera moneda y de esa forma, podrás comprender que en la vida podemos ver casi todo como un emprendimiento y por lo tanto, si elaboramos con cierto fundamento el proyecto asociado, es posible que ese sueño se convierta en una realidad.

Emprendimiento y la formalidad que genera datos globales

Formalizando un poco sobre el enfoque ante este difundido término, en su definición más amplia la Real Academia Española – RAE define ¨emprender¨ como ¨Acometer y comenzar una obra, un negocio, un empeño, especialmente si encierran dificultad o peligro¨. Para fortalecer el enfoque trabajado en esta nota, lo complementamos desde la perspectiva del espíritu empresarial con la cual el Global Entrepreneurship Monitor – GEM lo establece como un ¨Proceso¨ de diferentes fases que van desde las intenciones generales o nacientes de los negocios que están en gestación, pasando por los nuevos negocios que han comenzado operaciones, hasta la fase del negocio establecido y, posiblemente, la descontinuación del mismo. (Ver imagen tomada del Reporte GEM 2013 del capítulo Chile)


Imagen: proceso emprendedor y las definiciones operativas del GEM

Es válido retroalimentar cualquiera de estas etapas con otras personas, referencias similares, estudios formales, o cualquier validación que el soñador convertido en emprendedor o por lo menos, proyectista de su emprendimiento considere apropiado, suficiente y necesario.

Siempre hay que someter a prueba, ante la mirada de otros, esa idea que se considera ¨super buena´ o ¨genial¨ porque es allí cuando más se fortalece la misma en conjunto con la actitud y los argumentos de los emprendedores.

Lo anterior es desarrollado formalmente por Eric Ries en su libro El método Lean Startup: cómo crear empresas de éxito utilizando la innovación continua y específicamente con su concepto del Producto Mínimo Viable – PMV el cual ayuda a los emprendedores a comenzar el proceso de aprendizaje lo más rápido posible cuando explica que es “la versión de un nuevo producto que permite a un equipo recoger con el mínimo esfuerzo la máxima cantidad de conocimiento validado acerca de los consumidores”.

Se puede decir complementariamente, que términos como ¨proyecto¨, ¨validación¨, ¨meta¨, ¨puesta en marcha¨, entre otros, son desconocidos en la formalidad del concepto por muchas personas, pero son asumidos desde niños como acciones implícitas dentro de cualquier actividad y proceso que se realiza.

Es con la formación que cada persona posee y el interés de los mismos por entenderlas y aplicarlas, la diferencia entre más o menos formalidad en una ruta de emprendimiento.

La observación y la confianza como características emprendedoras medidas globalmente

Ver buenas oportunidades es un primer paso crucial en el emprendimiento y cuando el emprendedor detecta oportunidades que pueden convertirse en propuestas comerciales interesantes, los impulsará junto a otras motivaciones a transitar ese camino ¨peligroso¨ y de ¨dificultad¨, conformando y fortaleciendo su espíritu empresarial.

Pero ¨soplar no es hacer botellas¨ y por ello, no todos observan ni tienen las mismas condiciones y motivaciones que los impulsen a enfocar sus sentidos para ¨apostar¨ y ¨arriesgar¨ en un emprendimiento. Por ejemplo en el Reporte 2019-2020 del GEM, se evidencia que solo uno de cada diez japoneses, ven buenas oportunidades para iniciar un negocio, pero en contraste claro, casi nueve de cada diez adultos en Polonia y ocho de cada 10 en Suecia e India, ven buenas oportunidades para iniciar un negocio.

Esta estadística tiene inmersa múltiples factores, pero ilustra que no todos tienen la capacidad o el estímulo para identificar oportunidades de negocio y emprendimiento.

En el mismo sentido de la capacidad para identificar oportunidades, también destaca el sentido de la confianza en uno mismo y la confianza en la capacidad para tener éxito. Estos son indicadores de la preparación para el emprendimiento y según los números estadísticos, está registrado que en 36 de 50 economías incluidas en el estudio mencionado, más de la mitad de la población considera que tiene las habilidades, el conocimiento y la experiencia para iniciar su propio negocio, mientras que en 42 de las 50 economías, menos de la mitad de quienes ven buenas oportunidades se verían disuadidos por miedo al fracaso.

En todos los casos, emprender es un proceso que tiene como protagonista al menos a un emprendedor y está en su propio esfuerzo, dedicación, capacidades, confianza y otro conjunto de variables, el lograr mantenerse, aplicar ajustes y establecer una dinámica de sustentación y trascendencia.

Autor: Nelson Palmero Durán

MBA – IESA

Negocios Internacionales – IE Business

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Business Consultant

Emprendedor

Instagram: @catalejo.virtual

Fuente: CatalejoVirtual.com